Siguiendo con la misma tónica de hacer descargos públicos por este medio voy a aprovechar la oportunidad de decirle a mi santa abuela:
Querida Chichis:
En el marco de los eventos desarrollados en la noche de ayer, si querés saber cómo y dónde están mi hermana (tu nieta), mi sobrina (tu bisnieta) y mi cuñado (tu nieto político), PREGUNTALES a ellos directamente.
Me molesta, me fastidia, me ROMPE SOBERANAMENTE LAS BOLAS, en términos más coloquiales, que me llames a MÍ para ver cómo anda mi hermana y su prole.
Gracias a Dios, a la virgen, a Lucifer, a Bill Gates, a Steve Jobs y a algún otro chitrulo enfermito de la tecnología hoy contamos con celulares, computadoras, teléfonos de línea (no nos olvidemos de este obsoleto aparato que tanto esfuerzo le llevó a Graham Bell inventarlo;¡ no seamos ingratos, por favor!) para que puedas ponerte en contacto con Vicky y saber si están bien, si algún tifón se los llevó volando, si la están pasando bien en sus merecidas vacaciones.
Si querés hablar, si estás aburrida, si necesitás escuchar una voz familiar del otro lado del cable, me podés llamar y podemos hablar, hasta quizás podamos ir a tomar algo juntas pero para hablar de mí o, en el peor de los casos, del Centro de Jubilados, pero, bajo ningún punto de vista, voy a seguir fomentando esta conducta tuya de preguntarme a mí lo que deberías preguntarle a Victoria.
Sin más, te saluda muy afectuosamente.
Tu casi-absolutamente-intolerante nieta
No hay comentarios:
Publicar un comentario