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domingo, 5 de mayo de 2013

50 años resumidos

Ya es casi un clásico - como Boca-River - que cada vez que algún integrante de mi familia estira la patita, sea yo quien le escriba una palabras de despedida. Será por mi facilidad para la escritura, será porque puedo leer y contener las lágrimas hasta el final, será porque nadie quiere llevar a adelante esa triste tarea.

Pero resulta que no solo para despedir personas vine a este mundo. También puedo honrar a una persona en vida. No sé si tanto por gusto propio como por imposición, pero de la buena. Ya entenderán a qué me refiero. Acá les dejo algo alegre para leer. 


Buenas noches a todos. Supongo que creerán que estoy acá para leer unas palabras en honor a mi tía. ¡Error! Estoy acá porque mi tía – muy en su estilo – me quemó la cabeza para que le escribiera y dedicara estas palabras. También fiel a su modo de ser, me indicó cómo tenía que empezar. Palabras más, palabras menos fueron: “mi tía es la mejor”. Y puede ser.
De ella admiro varias cosas: su vitalidad es una. La señora ¡no para! Ni con los dardos de Daktari lograríamos bajarle las revoluciones. Va y viene; hace y pone; lleva y saca. Todo ella, sin ayuda y en milésimas de segundos. Les aseguro que me esquilma las energías. Y si a eso le sumamos lo torpe que es, en realidad, va y viene; ROMPE; hace y pone; TIRA; trae y saca. Como cuando sacó de cuajo un surtidor de nafta. Sí,sí, como lo oyen: se llevó enganchado en el tanque del auto un surtidor…de paseo.
Pero también es muy dedicada y generosa con su familia y afectos. Por todos los medios, tratará de ayudarnos y hacernos sentir a gusto. Su mayor preocupación en esta vida reside en que comamos bien. Con Ale uno se siente que lo están engordando como a los pavos para Navidad. Si después de una buena comilona, por esas casualidades, te quedaste con hambre ella te prepara un pollito a la portuguesa, unas “milanesitas que tiene en el freezer” o te prepara un sandwichito de jamón y queso. Te pregunta 1000 veces si querés café, aunque ya le contestaste 998 veces que no y– es más – dos veces le gritaste a garganta pelada que ¡NO!: no querías ni café, ni gaseosa, ni pollo, ni milanesas, ni NADA. Y así también podemos concluir que es insistente.
Y son todas estas cualidades las que hacen de Ale una muy buena persona. Es lindo poder compartir con vos tu cumpleaños número 50, y decirte  - porque quiero y no porque me quemes la cabeza para hacerlo – que sí: “sos la mejor”. Me siento privilegiada de tenerte como tía y ejemplo para que Valentina y Constanza, de acá a algunos años, sientan que también ellas tienen la mejor tía.
¡Que los cumplas muy feliz! Que seas muy feliz, hoy y siempre. Muchas gracias.

PD: Les adjunto el video en vivo y en directo